lunes, 13 de diciembre de 2010

Una carta para ti...

Bebe,
Empiezo esta carta por contarte que cuando papa y yo nos conocimos no soñábamos con nada, nos enamoramos como jugando y como jugando fuimos imaginando un mundo juntos, pasamos por momentos muy bonitos y otros no tanto mientras pensábamos en qué nombre le pondríamos al bebe que un día tendríamos, yo siempre he querido una niña, pero en nuestro afán de construir sueños nuevos pensamos en un niño, se llamaría Thiago y ya lo imaginábamos con los ojos de papá. Algún tiempo después la noticia de que habías llegado a nuestras vidas llegó como sorpresa y, la verdad, nos asustó un poco, no sabíamos cómo resolveríamos las cosas, no sabíamos qué tan buenos seríamos ni cuánta gente decidiría apoyarnos. en estos meses hemos descubierto que todos nos apoyan y que las cosas no son simples, pero vamos avanzando, tú desde dentro mío nos vas llenando de amor y de fuerza para salir adelante de cada cosa que se pone en nuestro camino.
Papá y yo no somos los mismos de antes, ahora todo tiene un objetivo y nos preocupamos un poco más por todo, tenemos nuevas responsabilidades y mucho menos tiempo libre, pero somos mucho más felices, mi sol. Vamos alistando todo para tu llegada y de rato en rato una lágrima de felicidad e ilusión se asoman para darle un toque distinto a todo esto.
Seguro ya lo sabes, papá y yo no somos como el resto de papás, somos más jóvenes y sabemos menos cosas, creceremos junto contigo, pero amamos la vida más que muchos, nos divertimos con tonterías y queremos enseñarte a vivir entre música y morrales; yo me he imaginado miles de escenas juntos, en la casa jugando e inventando frases o en la playa y viéndote reír (mi mundo se paraliza solo al imaginar tu sonrisa, imagínate cuando la ves de verdad, he imaginado tanto mi sol! tanto para ti y para los tres como familia.
Hay tanto que quisiera decirte, contarte por ejemplo, que a veces tengo miedo de no ser lo suficientemente buena para ti, otras veces soy la más confiada y asegura a viva voz que seremos felices, pero siempre soy feliz (he conocido otro nivel de felicidad a tu lado), cuando medio rara o triste siento un movimiento tuyo y todo se me olvida, recuerdo que solo eres mi motor y río.
Te prometo, finalmente, que intentaré hacer todo lo posible para que nada te duela, pero también te prometo que no lo lograré, que tendrás que pasarla mal y lo harás para poder crecer y ser grande y yo sufriré al verte sufrir y solo abrazaré a papá y le pediré que me diga que todo estará bien como lo hace ahora para que ambas, tu y yo, lo escuchemos y dejemos que su voz ronca y profunda calme nuestros corazones.

Te amo y espero ansiosamente

PD: tu abuela siempre manda saludos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores